Y de repente, una extraña

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Aquella fue la primera vez que la vi comportarse como una auténtica extraña. Aunque la verdadera extraña para ella soy yo.

Como ya viene siendo de costumbre, las chicas que se ocupan de ella se disponen a prepararla para pasar el día. Su día a día se ha convertido en una verdadera rutina.

Lo primero es ir al baño. Hace un par de años hubiera ido sola, incluso quiere hacerlo cuando saca fuerzas, pero ahora es una de las chicas quien se encarga de llevarla. La torpeza se ha convertido en parte de su cuerpo y ya apenas puede caminar.

Justo después se prepara para ser aseada. La propia cama se ha convertido en su bañera. Las mañanas frías no quiere ni que la destapen, incluso hay veces que se enfada, pero todo termina con una bonita sonrisa y con un maravilloso olor a colonia fresca.

Y llega lo mejor de la mañana, su desayuno. Le encantan los migotes y el chocolate caliente, aunque a veces pierde el apetito. Una de las chicas es la encargada de prepararlo mientras la otra termina de peinarla y ponerla más guapa de lo que ya es.

Pero de repente llega ella. La dama de negro. Y todo se vuelve oscuro.

Comienzan los dolores de piernas. Sus pies han dejado de funcionar. Y es que se lleva las veinticuatro horas del día en esa cama; una cama que la abraza día y noche y que a veces la llega a asfixiar.

Y empiezan las conversaciones. Primero llegan sus hermanas, esas a las que hace tiempo les perdió el rastro; luego vienen sus hermanos, y aunque de ellos habla menos, recuerda al detalle cada uno de sus rasgos.

Los recuerdos de sus hijos pequeños llegan ahora a su mente. Cuenta como cuando vivían en el campo, uno de ellos, el más pequeño de los hermanos, que no de las hermanas, esperaba todos los días al pastor que salía a pastar con sus ovejas para ofrecerle café. Era tal el frío que hacía que el pequeño solo deseaba que ese señor tomara algo caliente.

¿Y hoy no salimos al campo? Quiero hacer la comida y salir a pasear. Dice en uno de los silencios que se hace en la habitación.

De repente suena el teléfono. La oscuridad parece desaparecer y el sol vuelve a penetrar por la pequeña ventana que tiene justo a su lado.

Es su hijo. Uno de los cinco que tiene. Porque ella tiene tres hijos y dos hijas. Y su cara se ilumina. Poco hay que la haga mas feliz que estar rodeada de sus hijos e hijas.

Va pasando el tiempo. Las dos chicas que cuidan de ella repiten su rutina día tras día. Y la dama de negro también pasa a verla. Cada día pasa más tiempo con ella. La absorbe por momentos y se adueña de cada uno de sus pensamientos. Es tan mala que no solo la visita a ella.

Y llega el día. Ese fin de semana soy yo quien voy a visitarla. Si yo voy las dos chicas podrán descansar y con suerte la dama de negro no aparecerá.

En el camino pienso en todo lo que me ha dado a lo largo de mi vida. Aunque no la he tenido conmigo a diario, porque no vivimos en el mismo lugar, os puedo decir que me ha dado lo mas valioso que se le puede dar a las personas: valores.

Llamo a la puerta pero ya me han oído llegar. Toca repartir besos y abrazar a la familia que en días no has podido ver. Y me acerco a su habitación.

Pero hay algo oscuro.

Me acerco a besarla. A sus 94 años está tan guapa como siempre. Su pelo es un poco más blanco pero sus besos son los mismos. Me mira. Y se queda callada. Un pequeño silencio se hace entre nosotras hasta que es ella misma la que lo rompe con sus palabras: Y tú, ¿quien eres?

Aquella fue la primera vez que la vi comportarse como una auténtica extraña. Aunque la verdadera extraña para ella soy yo.

Efectivamente la dama de negro permanece allí, y tiene nombre. Su nombre es Alzheimer.

P. D. Este escrito quiero dedicarlo a mi familia, pero sobre todo a las dos “chicas”, por ser tan guerreras.

A tí, abuela, te quiero.

10 Comments
  1. Miguel 5 años ago
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    Me encanta como has creado el personaje de la dama negra y la forma en que destapas su identidad.

    Un escrito muy bonito 😃 sigue asi!

  2. Consuelo Luza 5 años ago
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    Jo mari

  3. FRANCISCO JAVIER ESTUDILLO VÁZQUEZ 5 años ago
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    Increíble relato prima me ha encantado Enhorabuena no se puede describir mejor esa maldita enfermedad llamada Alzheimer que por desgracia sufren hoy en día muchas familias. Enhorabuena por tu blog y gracias por este maravilloso relato

  4. Laura 5 años ago
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    Jo María… Que bonito sientes y escribes hija ..

  5. Silvia 5 años ago
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    Maria hija q bonito escribes !!!!!!!me encanta 😍😍😍

  6. Carmen Vázquez colchón 5 años ago
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    Que historia más bien escrita y cuánta verdad se cuenta me ha emocionado que bien expresado todo me encanta 😘

  7. luisa Nuñez cabral 5 años ago
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    Estas consiguiendo lo que siempre me aconsejas que lea ,ahora tengo mas tiempo, y lo hago,gracias por poner el aperitivo en los libros que recomiendas,asi da gusto tiene una mas apetitos y seguir bebiendo hasta el final,sigue asi ,me gusta lo que haces

  8. Carmen Moreno Nuñez 5 años ago
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    Sin palabras, ¡así me has dejado! 😘

  9. Beita 5 años ago
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    Preciosa historia a la vez que triste..

  10. Carmen 5 años ago
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    Muy bonito y que triste 😭Por desgracias conocí muy bien esa enfermedad. Jamas la olvidare 😭😭

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